¿Sigues usando plásticos difíciles de reciclar? Las regulaciones sobre plásticos de un solo uso avanzan más rápido de lo que muchos creían. En Chile, la Ley 21.368 ya restringe bombillas, cubiertos y utensilios plásticos, y avanza hacia nuevas obligaciones para 2026. Ya no se trata solo de cumplir con la ley: cada vez más empresas prefieren proveedores que usen envases reciclables o reutilizables, impulsando a toda la cadena a modernizar sus materiales y procesos.
El panorama regulatorio que no puedes ignorar
En Sudamérica, MERCOSUR (bloque económico integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) actualizó su “lista positiva” de materiales permitidos para estar en contacto con alimentos. Esto abrió la puerta al uso de PET reciclado (polietileno tereftalato) en algunos contextos, armonizando criterios entre países y facilitando la circulación de productos con estándares similares.
En Chile, la implementación gradual de la Ley 21.368 continúa hasta 2026. Esto implica que restaurantes, cafeterías y cadenas de alimentos deberán no solo dejar de usar ciertos plásticos, sino también reportar la gestión de residuos y envases. Para muchos negocios, esto significa nuevas responsabilidades legales y administrativas.
En la Unión Europea, el nuevo marco de envases es aún más exigente: establece que todos los envases deberán ser reciclables, fijando porcentajes mínimos de material reciclado en botellas y bandejas, y limita embalajes considerados innecesarios. El impacto ya se siente en las compras globales, porque grandes cadenas exigen a sus proveedores envases que cumplan estas reglas, incluso en países donde aún no son obligatorias.
Soluciones que ya encajan con Cook & Chill
El sistema Cook & Chill (cocinar y enfriar) requiere envases que soporten altas temperaturas y posteriores ciclos de frío. Aquí aparecen alternativas como:
- Envases de polietileno (PE) o poliamida (PA): Al estar compuestos de un solo polímero, se reciclan de manera más eficiente que los envases multicapa. Al mismo tiempo, permiten un sellado confiable para procesos térmicos.
- Films compostables resistentes al calor: Algunos films de base vegetal soportan los 90–95 °C del ciclo térmico sin degradarse. Estos aún tienen costos más altos, pero se usan en casos donde la compostabilidad es prioritaria para el cliente.
- Tintas y adhesivos de baja migración: Esto significa que no transfieren sustancias al alimento. Además, al ser más fáciles de separar durante el reciclaje, evitan que los envases sean rechazados en las plantas de clasificación.
- Etiquetas “wash-off”: Se despegan fácilmente durante el proceso de reciclaje por lavado, lo que aumenta la calidad del material recuperado.
En términos simples: cuanto más sencillo sea el envase (menos capas, un solo tipo de plástico y colores claros), más fácil será su reciclaje y más económico su fin de vida.
Cómo convertir la norma en margen
Adoptar packaging sostenible no tiene que verse sólo como un costo extra, sino que también puede transformarse en una ventaja competitiva para tu negocio, debido a:
- Reducción de impuestos y tasas ambientales: En países europeos ya existen ecotasas que encarecen los envases no reciclables. Usar materiales reciclables puede reducir estos gastos.
- Reputación y confianza de marca: Mostrar envases sostenibles en tu operación genera confianza en clientes corporativos y consumidores finales. Muchas empresas incluyen este criterio en sus licitaciones.
- Preferencia en compras B2B: Las cadenas internacionales tienden a priorizar a proveedores con estándares ambientales alineados a sus políticas globales.
Un buen ejemplo de cómo agregar valor es incluir un código QR en el envase que muestre información de trazabilidad: su lote de producción, instrucciones para su disposición final y origen del material. Así, el envase pasa de ser un costo hundido a un elemento comercial que comunica transparencia y responsabilidad.
Casos y aprendizajes
En Chile, cadenas de cafeterías ya han migrado a envases reciclables para alinearse con la Ley 21.368. Aunque al inicio implicó ajustes en proveedores y en pruebas de sellado, hoy destacan la reducción de residuos y una mejor recepción por parte de sus clientes.
En Europa, grandes compañías de alimentos congelados como Nestlé han implementado bolsas de PE monomaterial que reemplazan a las antiguas multilaminadas. El resultado: mejoras en reciclabilidad, reducción de impuestos y un mensaje claro de compromiso ambiental.
Estos ejemplos muestran que el esfuerzo inicial se traduce en beneficios tangibles tanto operativos como comerciales.
Ponlo en práctica con eCook
En eCook utilizamos bolsas de PA/PE (poliamida y polietileno) de grado alimentario, libres de PVC (policloruro de vinilo) y BPA (bisfenol A, un aditivo plástico controvertido por su riesgo de migración química). Estas bolsas cuentan con certificaciones de inocuidad (HACCP), ISO 9001, son reciclables y soportan perfectamente el proceso de cocción entre 90 y 95 °C.
El futuro del packaging en la industria alimentaria ya no está en discusión: si éstas siguen endureciéndose, los clientes son más exigentes y la eficiencia operacional exige envases simples, seguros, y tendrán que ser sostenibles o quedarán fuera de mercado.
Convertir esta “obligación” en una ventaja competitiva está al alcance de quienes se anticipen. Y ahí es donde eCook puede ser tu aliado: combinamos experiencia técnica, innovación en materiales y un acompañamiento cercano para que tu negocio cumpla la norma, reduzca costos y gane preferencia en el mercado.
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